A propósito del 8M dedicamos nuestro blog de hoy a la mujer, pero a la mujer al volante. Vamos a desmontar ciertos clichés como ¿Son las mujeres peores conductoras que los hombres? ¿Son las féminas las responsables de mayor cantidad de accidentes en carretera?
La sociedad en la que vivimos tiene enquistados prejuicios defendidos con tanto ahínco como si tuvieran base científica. La frase ¨mujer tenía que ser¨ es muy utilizada cuando una conductora tarda al aparcar o al desplazarse en un atasco, eso sin contar que inmediatamente se responsabiliza a la mujer cuando se ve involucrada en un accidente automovilístico.
Sin embargo, son numerosos los estudios publicados en los últimos años que echan por tierra todos estos tópicos. Incluso las propias estadísticas de la Dirección General de Tráfico lo confirman.
El estudio publicado en 2020 de la revista especializada Injury Prevention, para el que se analizaron datos durante diez años, demostró que los hombres presentan un mayor riesgo para otros conductores.
En concreto, el peligro es mayor en cinco de los seis tipos de vehículos estudiados. Más específicamente en el caso de turismos y furgonetas, el riesgo incluso se duplica en los hombres respecto a las mujeres, aumentando a cuatro veces más cuando se trataba de camiones y a diez si el vehículo era una motocicleta
En otro estudio realizado por el comparador de seguros Acierto.com se concluye que las conductoras sufren menos accidentes que los hombres aunque dan más parte al seguro.
De manera específica, un 53% de partes del seguro corresponden a mujeres. Pero esto se debe a que la mayoría son por cuestiones de poca importancia, como rozaduras o averías. Porque parece que en lo que sí ganan los hombres es en llevar a cabo un mejor mantenimiento de los vehículos.
Aunque más antiguo, el estudio más exhaustivo que existe es el realizado en 2017 por la Fundación Eduardo Barreiros y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), titulado “Mujeres conductoras en España. Implicación en accidentes de tráfico y comparación con los conductores varones”.
Entre sus conclusiones más llamativas, leemos que los conductores varones ponen más en riesgo las vidas de los ocupantes del coche y de sí mismos. En la mayor parte de franjas de edad, el índice de siniestralidad de los hombres duplica al de las mujeres.
Los tipos de accidente en uno y otro caso también difieren. Así, en el caso de los hombres los más comunes son los atropellos, vuelcos y colisiones frontales, mientras que en las mujeres son más frecuentes los alcances y salidas de vía. En cuanto al grado de gravedad de los accidentes, aquellos en los que hay hombres conductores implicados son más severos.
Otro aspecto a destacar es la tasa de accidentes por conducir bajo los efectos del alcohol o drogas, algo en lo que la cifra de hombres multiplica por cinco a la de mujeres. En aquellos accidentes donde la causa es el exceso de velocidad, los conductores masculinos también se llevan la palma.
Lo más llamativo, sin duda, es la tasa de mortalidad, que en conductores es el más del doble que en el caso de las conductoras.
Este dato lo ratifican las últimas estadísticas (aún provisionales) de la DGT correspondientes a todo 2020. El pasado año, fallecieron por accidente de tráfico 712 hombres frente a 152 mujeres. El dato es mucho más elevado que el de los conductores, porque suma la totalidad de las víctimas, no sólo los que iban al volante de los vehículos implicados. Pero la diferencia es abismal.
Por último, no queremos olvidar otro aspecto analizado por Volvo Cars en un reciente estudio, publicado el pasado verano: las mujeres tienen más accidentes, pero sufren más lesiones porque están más desprotegidas. Volvo lamenta, en este sentido, que la gran mayoría de pruebas de seguridad se realicen con dummies masculinos. Y avala su conclusión con los siguientes datos: el torax, las cervicales y la cabeza son diferentes en hombres y mujeres, y son las zonas que más sufren en las estadísticas de siniestralidad con víctimas femeninas.
Conclusiones
Nuestras conclusiones son claras: las mujeres no son ningún peligro al volante, pues su conducción incluso es más segura. Y, vistos todos estos estudios, podemos deducir lo siguiente:
- Las mujeres provocan menos accidentes que los hombres, y menos graves
- Las mujeres cometen menos delitos contra la seguridad vial, tanto por exceso de velocidad como por consumo de estupefacientes o alcohol.
- Las mujeres, en cambio, son más descuidadas con las revisiones y mantenimiento de sus coches, por lo que sufren más averías.
En resumen, no se trata de ganar una competición, quién conduce mejor o peor, porque es lo mismo que querer entender qué fue primero, el huevo o la gallina. Se trata de dejar de estereotipar a la mujer, de minimizarla y restarle posibilidades y habilidades. Hay buenas y malas conductoras, exactamente igual que hay buenos y malos conductores.