Las 3 averías más comunes en coches con más de 10 años… Y cómo solucionarlas

Las 3 averías más comunes en coches con más de 10 años… Y cómo solucionarlas

En España, más del 63% de los vehículos en circulación tienen más de 10 años de antigüedad. Este dato refleja una realidad clave en la automoción: la mayoría de los conductores manejan coches veteranos que, si bien pueden seguir siendo fiables, requieren un mantenimiento más exhaustivo para evitar averías costosas y garantizar la seguridad en la carretera.

A medida que un coche envejece, ciertos componentes empiezan a desgastarse, lo que puede derivar en fallos mecánicos que afectan el rendimiento y la seguridad del vehículo.

Vamos a analizar las tres averías más comunes en coches con más de 10 años y cómo prevenirlas o solucionarlas a tiempo.

  1. Problemas con los sistemas de suspensión

Los amortiguadores y otros elementos de la suspensión son piezas fundamentales para garantizar la estabilidad y confort de un vehículo. Con el paso de los años, estos componentes se desgastan debido al uso continuado, especialmente si el coche circula con frecuencia por carreteras en mal estado, caminos, vías secundarias…

Reconocer los síntomas de una suspensión desgastada es fácil: el coche rebota más de lo normal al pasar por baches, o lo hace de forma muy brusca; en las curvas parece inclinarse en exceso; hace “ruidos raros” por terrenos irregulares, y la dirección se sienta menos precisa e incluso puede vibrar el volante.

Para evitar este tipo de avería, lo recomendable es revisar el sistema de suspensión de forma preventiva cada 20.000 km, incluyendo no sólo los amortiguadores, sino los silentblocks, las rótulas y muelles, que también afectan a la estabilidad del coche.

Los amortiguadores deben cambiarse también entre los sesenta y los ochenta mil kilómetros, dependiendo de las zonas en las que sueles conducir y también del tipo de conducción que practicas. Porque esto influye muchísimo también en el desgaste del sistema de suspensión.

Así, una conducción suave, y tomar las curvas adelantándose a su trazado, en lugar de girar bruscamente, puede prolongar la vida de tus amortiguadores. También reducir la velocidad en los baches y badenes, o evitar montar acera ayuda a que duren más tiempo.

  1. Fallos en el sistema eléctrico y batería

Con el paso del tiempo, el sistema eléctrico de un coche puede comenzar a presentar problemas. Componentes como la batería, el alternador, los sensores y la centralita pueden fallar debido al uso prolongado y las fluctuaciones de voltaje.

Los síntomas de que tu coche presenta fallos eléctricos son de lo más variopintos. Algunos son fácilmente identificables, como el parpadeo de las luces o su pérdida de intensidad, el encendido “a lo loco” de los testigos del cuadro de instrumentos, o los fallos con el cierre centralizado. Por supuesto, también la dificultad a la hora de arrancar el coche, sobre todo en frío, puede ser indicativo de fallo de la batería. Pero otros son más sutiles, y pueden darte un susto si repentinamente tu centralita se queda sin energía, por ejemplo.

Para evitar esto, es importante que en las revisiones preventivas en tu taller de confianza revisen el estado del alternador y del motor de arranque. Y, por supuesto, la joya de la corona en estas cuestiones es la batería, que es uno de los elementos que más sufre con el paso del tiempo y debe revisarse regularmente. Su vida útil suele ser de 4 a 5 años, por lo que, si tu coche tiene más de diez, lo lógico es que vayas ya por la tercera batería. Si no es así, piensa en cambiarla, para evitar fallos inesperados.

  1. Pérdida de líquidos y fallos en la junta de culata

Con el paso del tiempo, las juntas y retenes del motor se van deteriorando, por eso uno de los problemas más graves en coches de cierta antigüedad son las fugas, principalmente de aceite o refrigerante.

Si estas fugas no se detectan a tiempo, pueden derivar en un fallo de la junta de culata, que es una de las reparaciones más costosas en un vehículo.

Para prevenir estas averías, es muy importante que controles de forma periódica los niveles de aceite y refrigerante y acudir a tu taller de confianza ante cualquier signo de fuga, como manchas de aceite en el suelo de tu plaza de aparcamiento, sobrecalentamiento del motor incluso en trayectos cortos, o humo blanco en el escape.

Conduce con garantías

Como ves, los coches con más de 10 años pueden seguir funcionando perfectamente si se lleva a cabo un mantenimiento adecuado y se detectan a tiempo los síntomas de posibles averías.

Es por esta razón que, desde Recalvi, hacemos siempre hincapié en la importancia del mantenimiento preventivo de forma periódica. En tu taller saben mejor que nadie lo que le conviene a tu coche para alargar su vida útil y mantenerlo en condiciones óptimas.

 

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